La noche del 29 de septiembre quedará grabada en la mente de los amantes de la salsa y la buena música, el hacedor de historias subió a escena para entregarnos más de dos horas de recorrido por su larga trayectoria de más de 50 años, donde cada una de sus interpretaciones son una narrativa de vida.
Un calor insoportable arreciaba esa noche, a pesar de que la lluvia quiso hacer un acto de presencia cerca de la hora del concierto, no fue más que una bendición para que el “Salswing Tour” fuera el éxito que exhibió el panameño Rubén Blades ante más de 4 mil personas en el Pabellón de Voleibol del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Con una producción artística del probado empresario Saymon Díaz y su empresa SD Concerts, desde tempranas horas los estacionamientos de los alrededores del Pabellón se atestaron de vehículos en busca de un lugar para aparcarse y poder penetrar al lugar del evento para presenciar a uno de los más grandes de la música latina.
Acondicionado con un buen aire que disimulaba el calor humano que se sentía en atestado aforo con todo el público ubicado en sus lugares y a la espera de que la banda entonará las notas de este “Salswing Tour” que ha llevado al intérprete de 75 años por diferentes países.
Las 9:01 de la noche marcaban las manecillas del reloj, el maestro Rubén Blades salía a escena con una inmensa Big Band dirigida por Roberto Delgado iniciaron la noche de recorrido histórico de más de 5 décadas, donde a lo largo de todo el evento el panameño rindió sendos homenajes a diferentes artistas, compañeros y colegas de la música que se han marchado del plano terrenal, pero aún se mantienen en nuestros corazones.
A pesar de la condicionada acústica que se vive en el Pabellón, la Big Band se rigió de manera magistral, un Blades impecable desde la vestimenta: calzados, traje y su sombrero albero, con su voz intacta que interpretaba esas historias que los asistentes de todas las generaciones se contagiaban a cantar junto al artista.
Historias de todos tipos que se plasman en cada una de las letras que transforma en canciones, así es el poeta de la cancón, desde amor, violencia familiar, la vida del barrio, el amor de familia, la situación social, la política, la violencia general, en fin, un reflejo de que las sociedades se van a pesar del paso del tiempo mantiene el ciclo una y otra vez.
“Plástico”, “Todos vuelven”, “Amor y control”, “Pedro navaja”, “Decisiones”, “Paula C.”, “Canto niche”, “Las calles”, “El cantante” (en homenaje a Héctor Lavoe), “Ligia Elena”, “Ojos de perro azul”, “Patria”, “Siembra”, “País portátil”, “La palomilla”, entre otros grandes éxitos fueron interpretados a la par de los instrumentos tocados por los increíbles músicos que conformaban esta fabulosa banda.
Sin dudas, esta presentación puede ser la última de este gran cantante, compositor, actor y político, que se realice en el país, como él mismo explicó a lo largo de su concierto, sus 75 años de vida ya le van acortando su presencia en los escenarios, ya que no se ve haciendo presentaciones a los 88 años viajando por el mundo. Rubén es un grande entre grandes y su presencia vale cada centavo para los más de cuatro mil espectadores que disfrutaron de sus canciones, su música, su vibra y sus historias.